Y una vez, se borró.
Sólo quedaron dragones y lagos de azufre. El pasado murió, se vivió en el presente.
Entretanto, la princesa se cortó el pelo, llevándose todos sus miedos, todas sus alucinaciones. Descuidó sus utopías y las enmarcó para no descuidarse a ella misma.
-Qué más da- Dijo un espejo. - Si no ves tu reflejo, por quién vas a luchar-
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